¿Se puede pensar con los pies? Supongo que sí, así que con el permiso que me otorgo, imagino en una noche de fiesta a un par de zapatos "Pelotas" de Camper, cruzar la pista de un brinco, suaves, flexibles y ligeros, vibrando toda la noche energía y felicidad.
Tan flexibles y cómodos, que se les puede ver de mañana recorriendo las calzadas de las grandes urbes, con una gran alegría, ligeros, sin preocupaciones, desprendiendo un suave olor a hierbas y flores.
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